domingo, 7 de noviembre de 2010

Impresionante día lúdico-deportivo en El Villar de Chinchilla


Ayer 6 de noviembre de 2010 tuvimos un inolvidable día lúdico-deportivo en El Villar de Chinchilla. Una jornada organizada por nuestros grandes atletas, Mariano, Patri y Jesús. El día comenzó a las 9 de la mañana, tomando un café en el Bar San Antonio. A las 9 y media más o menos salimos en varios grupos. El primero, el que iba a hacer una super-tirada larga de 26,4 kilómetros. El segundo el que haría otra tirada larga de 16 kilómetros (Francisco López y un compañero). Y el último, el que disfrutaría de un día de campo, cogiendo setas en las inmediaciones de El Villar (Curro, Manoli, Cifuentes -del Tarazona-, su esposa y el hijo de Curro).
El grupo de la tirada super-larga lo formábamos Mariano, Patri, Jesús, Diego, Paqués, Cuevas, Remo, Josemari, Morales (que tuvo que abandonar a la mitad por problemas estomacales) y Cosme. Nos siguió Don José (el Toto) con un coche con luces de emergencia por si debía de rescatarnos por cualquier problema. Fue una mañana con niebla, mucha niebla. Una niebla cerrada que nos impidió ver el paisaje en todo su esplendor, pero que nos dotó de una temperatura ideal para afrontar esa super-tirada larga. El recorrido del gran rodaje iba desde El Villar hasta las lagunas de Pétrola en un muy bonito camino de ida que -sobre el kilómetro 11- daba la vuelta a las lagunas y volvíamos por el monte. Los primeros 11 kilómetros eran favorables. Sin tener grandes desniveles, desde el km 4 siempre picaba para abajo. Desde el km 11 y hasta el 13, en la circunvalación de las lagunas seguía con un terreno bastante llanito y con un amplio camino. Las lagunas apenas las veíamos por la espesa niebla, aunque las intuíamos por la humedad y las aves que alrededor nuestro revoloteaban. El camino más espectacular comenzaba en el kilómetro 13. A parir de ahí el recorrido se ponía duro, duro... pero muy bonito. Corríamos por sendas, entre coscojas, encinas y otros arbustos del monte bajo mediterráneo. La espesa niebla lo hacía más espectacular. Y mientras... seguíamos a un ritmo sostenido de 5:35-5:40 min/km, mucho más despacio cuando afrontábamos las cuestas, algunas de ellas con rampas duras pero no muy largas. El trayecto más duro es el que iba desde el km 13 hasta el km 22. Aunque de vez en cuando había un llanito o un terreno favorable que te daba un respiro. Desde el km 20 hasta el 22 venía el último tramo complicado. Más o menos 1,5-2 kilómetros de cuesta sin mucha pendiente, muy tendida, pero constante... y sobre todo, con 20 kilómetros en las piernas. En el kilómetro 22 comenzaba ya un terreno favorable y picando para abajo hasta llegar a El Villar. Los últimos 6,5 kilómetros me acompañó Patri a unos 10-15 metros del grupo intermedio y unos 30-40 metros del grupo primero. Gracias a él pude mantener una pequeña distancia con el grupo principale para tenerlos siempre a la vista y llegar finalmente juntos, tras acelerar en el último kilómetro. Personalmente acabé muy contento, 2h, 27 minutos y 30 segundos de rodaje, después de haber recorrido 26,4 kilómetros por un impresionante paisaje y a una media de velocidad que -ni mucho menos- me pensaba alcanzar cuando comencé esa mañana a dar zancadas, 5:37 min/km. Nos hicimos varias fotitos al llegar (como la que se muestra) y bebimos abundante agua de la bonita fuente que tienen en El Villar y que ya están temiendo porque se la lleve el Ayuntamiento.
Pero la jornada seiguió después. Apenas transcurrida una hora de que termináramos el rodaje en El Villar, ya estábamos en los Manzanos adquiriendo provisiones de gorrino y cordero suficientes para las 30 personas que aproximadamente íbamos a estar en la casa de Mariano. No éramos pocos, la verdad. Además de los que por la mañana decidimos salir a correr y a andar, estaban Manjavacas, su mujer e hijas, Susana, María del Mar, El Cebri, Patricia y dos hijas, la mujer de Mariano e hijos, Gato, Reme e hijo... y todos ellos debíamos zampar 60 chorizos, 60 salchichas, 4 docenas de costillas de cordero y 60 filetes de panceta. Además, teníamos el jamón que ganamos en Tarazona y las setas que había cogido Don José (El Toto) un día antes, y que nos la comimos en forma de revuelto. Amén de las siempre recurrentes cervezas, refrescos y vino. Nos zampamos una buena cantidad de grasas saturadas y proteínas a granel, que rematamos con flores con miel, bizcocho y miguelitos de la roda, de crema y chocolate. Y como no puede faltar en ninguna fiesta, terminamos con mojitos y diversos cubatas antes de volver cada mochuelo a su olivo. Si quemamos algo en esas dos horas y media de rodaje, luego las recuperamos con creces... las gallinas que entran... por las que salen.
Muchas gracias a Mariano, su mujer, Patri, Jesús, el padre de los dos máquinas y al Toto por habernos recibido tan amablemente y tan hospitalariamente. Nos lo pasamos muy bien y esperamos algún día volverlo a repetir. Al menos el rodaje largo ya tiene -como mínimo- fecha de dos semanas antes de la media de Santa Pola (en torno a mediados de enero para quemar los excesos navideños). Y por supuesto se decidieron varias cosas: la cena de Navidad el 3 de diciembre de 2010, y las alternativas paras las maratones de 2011: Praga y Viena. Ahí es nada.

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