Así acabó mi tercera aventura en Santa Pola: rodeado de gacelas y tras una buena comida en la que recuperé -sin duda- los 2.165 calorías que el gps dice que perdí en la carrera. Antes de las diez de la mañana ya nos encontramos con Mariano y Patri en las calles de esta bonita ciudad costera. Poco después llegaron la trupe de chinchillan@s dispuestos a recorrer los 21.097 metros que la organización nos hizo recorrer. Susana, María del Mar, Jose y un servidor pasamos la noche anterior en Guardamar del Segura para no madrugar en exceso el día de la carrera. También, por qué no, para pasar parte del finde en la costa alicantina. Mi intención era tomarme Santa Pola como un entrenamiento de calidad: 21 kilómetros a un ritmo algo mayor de los que suelo poner en los rodajes. La previsión era hacerla entre 1:50 y 1:55 y disfrutar un poco del paisaje de la playa y después de la gastronomía mediterránea. Todos temíamos por la meteorología. La Agencia Española de Meteorología decía que iba a llover, mucho y con viento. Sin embargo esto no ocurrió hasta las 17:00 cuando salíamos en dirección a la fría Mancha tras la buena comilona. Nos hizo un excelente día, con bastante sol, una temperatura adecuada para correr (12-14 grados) y poco o nulo viento. Una excelente meteorología para una excepcional e impresionante carrera que este año aunó a 6.800 inscritos, de los que finalizaron 6.000. Son unas cifras de mareo que muestran la calidad de la prueba a la que -año a año- van viniendo más atletas de toda la geografía española. Casi todos los que leéis este blog conocéis la carrera. Es completamente llana (el único atisbo de cuesta es de 100 metros en el kilómetro 11 y con apenas pendiente), bastante rápida porque son largas avenidas, muy animada, con mucho público, bandas de música, altavoces, y cuyo único peligro es el mental debido a esas largas rectas que se hacen casi interminables. El ganador en categoría masculina fue Erick Kibet, que además consiguió batir el record de la prueba e hizo un crono espectacular, 1:01 pelados.
Con la intención de hacer ese tiempo entre 1:50 y 1:55 salimos Multi, Juan y yo. El resto de compañeros iban a su guerra particular. Baste decir que todos ganaron. Increíbles los galgos del C.A. Chinchilla: 1:16 Patri, 1:22 Javi (aunque éste corrió como de Cuenca, ya tiene amonestación oficial por parte del club), 1:23 Mariano y 1:24 Diego. Todos ellos batieron sus respectivos registros en esta distancia. Un compañero nuevo, Juan Carlos Maeso Asunción, hizo un registro muy bueno de 1:42 en tiempo real y Pedro acompañó en su primera media maratón a Carlos y María que realizaron 2:29. Entre medias llegábamos Multi, Juan y yo en 1:47 y 1:54 respectivamente. En un principio fuimos juntos, marcamos los 5 primeros kilómetros en 5:20 min/km, y los dos siguientes a 5 min/km justos. Multi se encontraba fuerte y tiró del carro, pero Juan se sentía un poco cansado y con problemas en los gemelos. Entonces decidí quedarme con Juan, porque para hacer 1:47, que para mí no es más que repetir otros cronos del año pasado, prefería correr junto con un compañero que iba un poco peor, y disfrutar de la carrera y el llano recorrido. Poco a poco fuimos bajando el ritmo, 5:15, 5:25, 5:30 y los últimos kilómetros a 5:45. Finalizamos con 1:54 contentos pese a todo. Yo por hacerme un entrenamiento de calidad y no haber forzado, y Juan por haber acabado en el tiempo previsto pese a los problemas físicos y la baja forma por el parón navideño.
Pero como casi siempre, lo mejor vino después. Una comida de esas que te dejan más que satisfecho en lo culinario y en lo personal. Lo pasamos bien, comimos más de lo que aconsejan, bebimos y nos reímos. Recordamos hazañas en esto del running, seguimos todos boquiabiertos con los cronos que hace Patri y con la mejora que día a día demuestran Mariano y Diego. Aunque eso sí, en esta carrera no hubo clase media: élite y mantas. Pero todos nos igualamos comiendo y riendo, que es lo importante ¿Qué más queremos? Bueno... siempre se puede pedir algo más... pero en este caso quedamos contentos. Una buena comida cerró un día atlético para recorar: correr junto a 6.000 personas al nivel del mar, con una temperatura envidiable, y después me obsequian con una camiseta, una toalla, una mochila, un trofeo, frutas, bebidas, barritas, dulces... ¡¡¡Qué pedazo de entrenamiento!!!
1 comentario:
enhorabuena cosme una vez mas, como tu dices disfrutar es lo importante!!! Un saludo de Jorge.
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