lunes, 25 de abril de 2011

Muchas cosas...




Muchas cosas han pasado desde que escribí la última entrada. Tras haber conseguido por primera vez en mi vida deportiva bajar de 1:40 en la media maratón de La Roda, la semana siguiente (4-10 abril) salí a entrenar tres veces de 10 kilómetros, metiendo en todas ellas algún elemento de calidad. La siguiente semana (11-17 abril) era en la que íbamos una expedición de chinchillan@s a hacer la maratón y los 10 kilómetros a Madrid. Por los continuos parones en los entrenamientos yo me decanté por la prueba pequeña y acompañar con mis ánimos a los valientes que iban a retar a Filípides. La semana comenzó mal, pues el lunes salí a hacer series y -después de que me salieran bastante rápidas- noté un flato fuerte pero continué corriendo. Lo hice mal, pues aguanté más de 10 minutos con ese flato y lo pagué. Me hice un pequeño desgarro en los músculos intercostales y tuve que hacer reposo el resto de semana hasta la cita del domingo en Madrid. Estuve con antiinflamatorios y parece que funcionó.


El MAPOMA es una excepcional -y dura- carrera. La expedición chinchillana salimos en un microbús que alquilamos para ello, y volvimos con el 30º clasificado de la general del maratón (de 8.600 llegados) y el 11º español, un tal Patricio García Jiménez, natural del Villar de Chinchilla... al menos eso dijo el speaker mientras entraba en meta, tras las cuatro primeras mujeres que entraron en meta (todas ellas keniatas). Aunque Patri, si se pinta de negro, lo mismo parece que viene de Nairobi o de Addis Abeba. Salimos a las 8:00 de Chinchilla y pasamos cerca de las 8:15 por Albacete a recoger a José Ángel y Francis. Fuimos 18 personas en total: Patricio padre e hijo, Mariano, Alicia, Diego, Patricia, Cuevas, Mónica, Rafa, Antonia, Paqués, el Multi, Jose, María del Mar, José Ángel, Francis, Susana y Cosme. Llegamos cerca de las 12:00 al Hotel Convención y nos llevamos la primera sorpresa al encontrarnos en ese hotel a todos los de la élite, a Kiprob, a Kirui... nadie pesaba más de 50 kilos. Impresionante. Fuimos a recoger los dorsales a la Casa de Campo y a comer por la zona de Chueca. Fuimos a un restaurante italiano llamado Nabucco, pero al que bautizamos como "Trabuco", donde nos inflamos a hidratos, y algunos pidieron unos chuletones XXL. Después de un paseo por la calle Montera fuimos a descansar un ratillo al hotel. Por la noche nos dividimos en grupetos por algunos compromisos con amigos que vivían en Madrid. Unos cuantos nos fuimos a ver la salida de la carrera y ver la llegada (el Parque del Retiro) para marcar territorio. Fue una odisea encontrar sitio para cenar y ver el fútbol en la zona donde estábamos. Nunca he visto tantos bares juntos sin televisión. Finalmente picamos un poco en un bar cercano al hotel y vimos el soso partido del Madrid-Barça.



Pero lo bueno comenzó el domingo. A las 6:30 ya estaban los máquinas desayunando en el hotel. Yo bajé 15 minutos más tarde sin mucho ánimo de tragar, y con más sueño que hambre. A las 7:45 salíamos del hall hacia la salida en autobuses que puso la organización. La salida de los 10 kilómetros era paralela al de la maratón, pero no por eso se crearon problemas de espacio, pues el lugar de salida, la Castellana, era lo suficientemente amplia para recoger esa gran serpiente de corredores. Patri, Mariano y Diego se colocaron delante en el arco de la maratón, como Cuevas y yo en el de 10 kms. Cuevas y yo nos pusimos donde ponía "ritmo de carrera, 45 minutos". Pero resulta que a 10 minutos de comenzar abrieron la cinta para colocarnos debajo del arco, y cuando avanzamos me di cuenta de dónde nos habíamos colocado "ritmo de carrera 30 minutos". José Ángel, Paqués, Rafa (en la maratón), Francis, María del Mar y Multi (que se despitó) para los 10 kilómetros salieron algo más atrás. La carrera de 10 kms no era lo importante en esta ocasión. Es una subida por la Castellana, después se da una vuelta al Bernabeu, se sube la cuesta de Concha Espina, y después se baja por la Castellana hasta la Puerta de Alcalá, se sube un pequeño tramo hasta el Retiro, y de ahí hasta meta 800 metros picando para abajo. Cuevas hizo 41 minutos (197 de la general), yo hice 45 (485 de la general), unos segundos después llegó el Multi (550 de la general). Una hora hicieron María del Mar y Francis (3.000 de la general. Todo ello con 4.200 personas llegadas a meta. Sorprendente que con 45 minutos quede casi en el 10% de la carrera, el 485 de 4.200. Batí mi marca de 10 kms por lo que estoy contento. Los primeros kilómetros picando para arriba fui a un ritmo de 4:35-4:40 y los kilómetros que picaban para abajo entre 4:20-4:25. No me dolió el costado gracias al reposo y al antiinflamatorio. Lo peor de la carrera, para recoger la bolsa donde habíamos dejado las chaquetas del chandal. Una hora de espera, con apreturas. Una vergüenza, que me hizo perderme la llegada de los primeros y por unos segundos la de Patri.
La maratón es lo importante. Es una maratón dura, de las más duras de España. Son 5 kilómetros de subida suave, 20 kilómetros de bajada con alguna tachuela en medio, un periodo de subidas y bajadas suaves en la Casa de Campo y hasta el kilómetro 35, y siete kilómetros de infierno por la cuesta de Pirámides, Atocha y la Puerta de Alcalá. Nuestro gran Patri consiguió una hazaña, consecuencia de esos grandes entrenamientos que nos dejaban con la boca abierta. 2:38 es un marcón en Madrid, eso es menos de 2:35 en cualquier otra maratón llana a nivel del Mar (Valencia, San Sebastián, Barcelona, Sevilla...). Entró el 30 de la general y el 11 español de 8.600 personas. Siguió hasta el km 12 a las 8 primeras keniatas y etiopes (las primeras 4 y las otras eran liebres). Entró finalmente a un minuto de ellas. Prácticamente corrió solo toda la carrera, lo que le hace todavía más mérito. En 3:01 entró Mariano que sufrió un bajón de fuerzas a partir del km 30, y a pesar de ello hizo una gran marca en la maratón de Madrid, comparable a los 2:56 que hizo en Castellón. Entró el 300 de la general de 8.600, lo que indica ese nivel que atesora nuestro jabato de El Villar. En 3:20 entró Diego que se atrevió a hacer la primera media con Mariano (pasaron en 1:25) a pesar de no haber entrenado para los 42 kilómetros. Sufrió dolores en el exterior de la rodilla que le impidieron correr a su nivel en los últimos 12 kilómetros. A pesar de ello, una gran marca por debajo de 5 min/km. Paqués y José Ángel hicieron 3:53 y en la mitad de la carrera (puesto 4.000), Jose hizo su tercera maratón y Paqués debutó en la distancia con gran mérito y acierto. Lo pasaron bien, fueron a ritmo tranquilo, aunque las cuestas del final pasan factura al más pintado (menos a Patri que por lo visto corre con motor). Rafa cerró la participación, en 4:26, puesto que sufrió fuertes dolores en el exterior de la rodilla desde el km 26-28. Por lo que ha tenido un mérito impresionante y una gran cabeza para acabar la dura carrera del maratón con esos dolores. Enhorabuena a todos los campeones, me distéis una gran envidia, pero Madrid no se puede afrontar sin entrenar con mi peso y mi nivel de entrenamiento. Lo pasamos bien, aunque se nos hizo corto. Ya estamos pensando en la próxima, y hubo muchas propuestas en el viaje... ya se desvelarán. Algunos hablaron de Barcelona, otros de Valencia San Sebastián, e incluso sonó Amsterdam.
Esta semana pasada estuve en Calpe de vacaciones. He salido a correr cuatro veces, dos de ellas con mi mujer y mi cuñada (6,5 kilómetros cada una) a un ritmo suave. Las otras dos han sido de 10 kilómetros cada una y dándome un poco de caña, con series de 400, cuestas y algún ritmo controlado. Hoy saldré otra vez. Desde La Roda he corrido menos de lo que quisiera, pero me encuentro bien. No me esperaba en los 10 kilómetros de Madrid correr tan suelto, a 4:30 min/km sin sufrir en exceso. A ver cómo se da estas semanas...

4 comentarios:

Sosaku Runner dijo...

Que bonita experiencia esa de viajar en equipo, da una muestra de compañerismo que seguro que ayuda a que cada uno afronte sus retos particulares.

Cosme J. Gómez dijo...

Lo cierto es que sí. El fantástico ambiente que se vive en equipo es impresionante y un gran aliciente.

achasa dijo...

Mis más sinceras felicitaciones a todos. Unos tiempos excepcionales. Llevaba días esperando la crónica, veo que te lo has tomado con calma y que incluso has disfrutado de unos días de vacaciones. Suerte, no todos podemos decir lo mismo, ya sabes que en Francia no hay semana santa.
Lo dicho, enhorabuena.
Me encanta vuestro ambiente, qué envidia. Espero encontraros algún día detrás de la línea de salida, ¿Donostia? Hala izan dadin! que se dice allí, es decir: que así sea!
Un abrazo,
Álvaro.

GOSSI dijo...

Este año me he quedado con las ganas de hacer el 10.000. A ver si el próximo puedo ir.
Saludos