Correr a 4:30 min/km (según el papel oficial) es mucho mejor de lo que yo pensaba hace unas 3 semanas. Es cierto que a esta carrera de 7,8 kms le faltan unos 300 metros, lo que rebaja la marca a 4:39 min/km, pero sigue siendo para mí un crono más que aceptable. Sin embargo fue una carrera agónica, nada que ver con las Tres Leguas de Villamalea. En la carrera de las Tres Leguas acabé con una media de 4:55 min/km, con un ritmo constante y con un último kilómetro exultante. En Mahora me "obligué" desde el primer punto kilométrico a lleva un ritmo endiablado para casi 86 kilos de peso. El pelotón ayudaba... ¡¡Qué duda cabe!! La gente salió a toda pastilla... y por lo visto a la gente le gusta agonizar. Desde el kilómetro dos iba con la lengua fuera y esperando a que pasara el siguiente kilómetro. Que síiii... que es muy buen tiempo... pero yo prefiero como Villlamalea: ritmo constante, sensación de potencia, pero sin agonizar.
En fin, este viernes toca Tarazona de La Mancha, una carrera de 10 kilómetros por la noche (22:00 horas) que voy a tomarme con otra filosofía: más tranquilo y de menos a más. Quiero acabar con sensación de fuerza... y eso significa salir con cabeza. Ésta será mi primera carrera por la noche. Veremos a ver cómo se da.
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