Seguir manteniendo la ilusión... ésa es la clave en este deporte del running en los aficionados y populares. A veces nos dejamos llevar por la famosa "marquitis" y otras enfermedades propias de los corredores populares cuando llegamos a tomarnos demasiado en serio esto de correr. Hay que huir de eso... lo más rápido posible. La mejor manera es disfrutar de cada zancada, de cada aliento, de cada sprint, de cada cuesta y de cada carrera.
Para mí, el running ha supuesto muchas cosas. En primer lugar, quitarme 10 kilates de lastre. Aún me quedan muchos por quitar... pero comenzar es lo que importa. Por otro lado me ha dado la oportunidad de conocer nuevos compañer@s y amig@s a través del C. A. Chinchilla con los que he compartido carreras, entrenamientos y otros momentos fuera del atletismo que me han hecho la estancia en esta localidad manchega más amena y placentera. También practicar este deporte me ha ayudado a superar muchos pequeños berrinches y malos momentos anímicos. Cuando estaba en París pasándolo mal, pensando qué coj... hacía tan lejos de mi casa y familia sin saber qué... el running me ayudó a distraerme y a relajar tensiones.
Es con eso con lo que hay que quedarse. Todo esto viene a cuenta de la próxima carrera de Pozo Cañada de 10 kms. Llevamos 3 semanas si carrera, entrenando tranquilamente, haciendo nuestras tiradillas largas... pero todo se acaba. Llega de nuevo la competición y los crudos kilómetros de agonía contra el crono. Esta semana ya llevo en la cabeza poder bajar de 47 minutos, dejar el tiempo en unos 46 y pico, sea cual sea el pico. Y de nuevo se pierde la cabeza... la marquitis que te hace estar nervioso al salir del arco de salida. Y no... esta vez no. Nada de objetivos que me lleven con la lengua fuera. Saldré fuerte, casi a tope. Lo sé, lo hago siempre en cada carrera. Pero no pienso agonizar. Lo que salga... saldrá. Si hago 46:59, perfecto. Si hago 47 y pico, muy bien. Si me voy a los 50... pues seguró que disfrutaré con algún grupete de los de 5min/km... que los conozco muy bien. Mantener la ilusión es la clave, no obsesionarte, sentirte bien contigo mismo, no ponerte objetivos demasiado altos e inalcanzables que te frusten como atleta aficionado... y sobre todo disfrutar cada vez que te atas las cordones de tus zapas y levantar los brazos cuando tu chip pite debajo del arco de meta...
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