Ayer, antes de las 20:20 cuando salí a correr, pensaba escribir una entrada sobre los K. O. técnicos que he tenido de Brugal en mi trayectoria de runner aficionado. Porque han sido unos cuantos que, o bien me han impedido ir a una carrera o entrenamiento prefijado, o me han hecho pasar un ratillo regular por empeñarme en hacerlos a pesar de la gran cantidad de alcohol que circulaba por las venas. También es cierto de entrenamientos -e incluso carreras- que salieron bien a pesar de una buena ingesta de brugal el día anterior (recuerdo un entrenamiento de 20 kilómetros en París o la carrera de La Gineta de 2011, donde hice 46:01, a pesar de mis apenas 4 horas de sueño). Iba a detallar todas estas anécdotas pero salí a correr y lo dejé para hoy. El tema es que salí sin mucha convicción, aperrado por el calor. Sin embargo poco a poco fui cogiendo tono, alegría en las piernas. Hacía calor (29-30 grados con mucha humedad), pero el sol estaba a punto de esconderse, por lo que no picaba en exceso. Además, cada minuto que pasaba era menos calor. Fui animándome, y de 8 kilómetros que tenía pensado hacer a ritmo de cochinero para mí (5:20-5:30 min/km), acabé yendo por las huertas del norte de Murcia, cercanas a Churra y Cabezo de Torres (en la foto hay una muestro de ese tipo de caminos) y realicé 12,3 kilómetos a 4:55 min/km de media. Así que pasé de pensar en los numerosos K. O. técnicos de Brugal (prometo hacer un monográfico) a realizar un buen entrenamiento (dado mi nivel), con unas sensaciones fantásticas. Cosas del running...
1 comentario:
Conozco perfectamente ese tipo de caminos. Tienes doble de mérito, porque son feos y tediosos de cojones.
Salu2.
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