Ha sido una semana rara. Comenzar el entrenamiento de maratón con 6 días seguidos en alertas (amarilla y naranja según el día) por altas temperaturas no parece lo más idóneo. La cabezonería y testarudez que a veces me caracterizan han podido con el calor. Aún me falta un día de entrenamiento, así que no tiro las campanas al vuelo. Pero parece que comienzo la preparación bien, a pesar de los condicionamientos ambientales. Esta mañana he salido a correr a las 8:30, muy tarde para una tirada larga, habida cuenta del calor que estaba pronosticado para las 10:00 (30 grados con 70% de humedad). No obstante he salido con la idea de hacerla sí o sí. En el plan ponía 90 minutos, comenzando a 6:20-6:00 los primeros 50 minutos, bajar a 5:30 los 20 minutos siguientes y acabar a 5:20 los últimos 20 minutos. El hecho de que los últimos 6 kilómetros son picando para arriba impide que sea tan progresivo el rodaje. He comenzado muy despacio, lo que para mí es un cochinero, de 5:40-6:00 min/km los primeros 6 kilómetros. Ese kilómetro 6 coincide con el punto más alto del recorrido, tras haber cruzado la "Costera norte" y haber hecho casi todo el anillo que rodea el campus. Desde allí hasta el kilómetro 12 es picando para abajo, por Espinardo y pasando por la Avenida Juan Carlos I, no con mucha pendiente, pero un 1%-1,5% más o menos de desnivel, lo que te deja rodar con más fluidez. De esta forma, esos 6 kilómetros me han salido a 4:55 min/km. Es entonces cuando he cogido la Avenida Juan de Borbón camino de Churra lo que supone ir picando para arriba con un desnive bajo (1% más o menos) pero que se nota. Sin embargo cuando he llegado a la plaza de los Cubos, y tras ver que si iba directo a Churra me saldrían cerca de 15,8 o algo así, he decidido llegar a casa por Cabezo de Torres. Este último tramo de 6 kilómetros desde el comienzo de la Avenida Juan de Borbón he ido a un ritmo más bajo, en torno a 5:20-5:30 min/km por el desnivel de subida, por el cansancio acumulado (hace más de 4 meses que no hago 90 minutos corriendo) y por el calor que ya iba picando, muy cercano a los 30 grados. Además me había quedado sin agua, y llevaba la boca más seca que una caja de cerillas. Al final he llegado en 95 minutos, 17,890 kilómetros según el google earth. Debido a que puede llevar algún error, prefiero pensar que he estado entre 17,5-17,8 kilómetros, a una media de 5:21-5:27 min/km. Es más rápido que lo que ponía el plan, aunque para próximas salidas espero hacer el último tercio un poco más rápido.
Lo cierto es que he quedado contento. Mi cuerpo me pedía kilómetros ya. El lunes hice 12 kilómetros en 64 minutos. El jueves, un día de mucho calor, esperé hasta que el sol se fuera y sólo pude hacer 6 kilómetros, eso sí, a 4:40 min/km. Con lo que he hecho hoy llevo 35,5 kilómetros más o menos. Mañana tengo programado hacer otros 12 kilómetros por la tarde noche, por lo que me colocaré en 47-48 kilómetros. Son más o menos lo que ponía el plan, del que sólo me he saltado la sesión de calidad de cuestas que la he sustituido por ese rodaje controlado de 6 kilómetros. A ver si bajan las temperaturas la próxima semana y puedo seguir el plan tal cual.
El plan que voy a seguir es de 16 semanas, suficientes para ir preparado para afrontar los 42,195 kilómetros. Pero la clave para llegar con garantías a la línea de salida (teniendo en cuenta el respeto que debe infundir un maratón) es ser regular, por eso me he empeñado hoy en hacer esa tirada larga pese al calor y la falta de preparación del último mes. Psicológicamente se agradece verte preparado para hacer 18 kilómetros un día cualquiera cuando hace más de 4 meses que esa distancia ni la hueles. Pero queda mucho camino por recorrer y muchos kilómetros por hacer. El 9 de diciembre está lejos y cerca a la vez. Esto es sólo el principio. ¡¡Gracias Filípides!!
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