viernes, 21 de septiembre de 2012

Tirando largo: paradojas de correr...

Hoy me he metido entre pecho y espalda casi 23 kilómetros en 2h5min a 5:27 min/km en progresivo. Salí de mi casa en Churra, crucé la costera norte, llegué al Campus de Espinardo, di la vuelta, bajé por Espinardo, El Puntal, Juan Carlos I hasta la plaza circular y subí por Juan de Borbón. Este circuito lo he hecho varias veces entrenando para la media maratón de Murcia. Pero he hecho una variante. Cuando he llegado a la Plaza de los Cubos me he metido por Senda de Granada y he ido hasta Monteagudo, he rodeado en parte el monte, he pasado debajo de una de las fortalezas y he ido hacia Cabezo de Torres. Desde allí he ido directo a casa. Una paliza. Lo más bonito la parte entre la Plaza de los Cubos y el final (los últimos 9 kilómetros), ya que vas por las huertas de la zona entre el Cabezo y Monteagudo. A pesar de ser asfalto, al menos cambias el paisaje de tanto edificio.
El tema es que me ha ocurrido una de las grandes paradojas del corredor de fondo: el dominio de la mente sobre el cuerpo. He salido a las 8:15 más o menos, uno poco adormilado, con los músculos vagos, agandulados. Cuando llevaba 10 kilómetros iba a un ritmo muy suave, como me correspondía en la tirada larga (una media por encima de 5:40 min/km), pero las sensaciones era malísimas. Las piernas parecían bloques de cemento incapaces de entender lo que es la velocidad. El miércoles pasado hice la sesión de calidad que me tocaba, 15x200, que con el calentamiento y descalentamiento, que lo he alargado me salieron 14,5 kilómetros. Quizás será que no he recuperado, pensaba mientras movía esos grandes bloques pesados que tenía como piernas. En un semáforo que me ha pillado en rojo he parado y me he tomado las pulsaciones en 10 segundo y multiplicadas por 6. Apenas tenía 140 pulsaciones (normal, iba despacio). Así que reflexiono para mí: cardiovascularmente voy de puta  madre ¿Voy a joder la tirada larga por pesadez de piernas? Pues como si me hubiera tomado el "bálsamo de Fierabrás", el resto del rodaje las piernas han vuelto a su peso normal, en cuanto a la velocidad la he bajado más de 20 segundos el kilómetro y he llegado muy bien a casa. No sé si son las sensaciones que mi cerebro le ha mandado a las piernas, o simplemente que se han despertado, pero ha sido extraordinario. He disfrutado del final de la tirada larga mucho más que en el principio. Además he cumplido (mejorado) lo que ponía el plan (105 minutos comenzando los 50 primeros entre 6:20-6:00, los 20 siguientes de 5:50-5:40, los 20 siguientes a 5:30 y los últimos 15 a 5:20). La primera media hora es cierto que he ido muy cerca de 6:00 min/km, pero después he ido bajando progresivamente y desde el kilómetro 10 la velocidad ha sido de 5:15-5:25 min/km dependiendo de la elevación del terreno, debajo incluso del ritmo de maratón previsto. 
Sin embargo sólo me quedan dos días de semana y dos sesiones por hacer: los dos rodajes suaves de 65 minutos. Espero poder hacerlos: sábado por la mañana y domingo por la noche para dar espacio de descanso. Pero es que parece que me faltan días en la semana...

2 comentarios:

Carles Aguilar dijo...

Cuando inicias la tirada con sensaciones negativas y te empiezas a cuestionar ciertos cosas, se pasa bastante mal... Pero si después poco a poco vas asimilando el ritmo y mejoras tus sensaciones es cuando más satisfecho acaba uno el entreno... MUy bien..!!

Cosme J. Gómez dijo...

Yo tengo esas sensaciones sobre todo por la mañana temprano. Parece que me cuesta arrancar. El problema es ir solo. Cuando salgo en Chinchilla, con compañeros, pronto se me pasa. Pero aquí en Murcia solo me puedo ir para abajo enseguida.
Un abrazo Carles!